Esta Semana Santa me parece que voy a andar bastante escaso de tiempo. Sin embargo, siempre lo hay para compartir algún texto interesante. Este es un fragmento de La juguetería errante, de Edmund Crispin, uno de los primeros libros que comenté en el blog:
-Idiota-dijo-. Me interesa. Dígame por qué un poeta no tiene que ser un hombre que necesite hacerse un buen corte de pelo de vez en cuando.
-Porque… -empezó Cadogan, intentando calcular incómodamente la longitud de su pelo con la mano izquierda-, porque la poesía no es el resultado o la consecuencia de una personalidad. Me refiero a que existe independientemente de tu pensamiento, de tus costumbres, de tus sentimientos y de todo lo que configura tu persona.